ChiflonDiablo
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Caminando entre los árboles encontramos gigantescas sequoias con más de treinta metros de alto y con troncos de casi dos metros de diámetro como muestra esta foto en que Anita, Paty y Herbert no son capaces de rodearlo con sus manos unidas. Photo 5. Otras muestras son el litre, el matico, araucarias, cipreses, puemos, encinas, magnolios, tilos, palmeras chilenas y canadienses, dársenas, manzanos, coigues, boldos, mañíos, paulonias, y muchas más.
Entre las plantas están las rosas, las hortensias, los copihues y arbustos como chilcos y los helechos, que según dicen existían en la tierra en la era de los dinosaurios. Caminando siempre hacia el Golfo de Arauco y el mar nos encontramos con unas bellas playas con rompientes de grandes olas. Al costado de la derecha vemos las grandes torres de los ascensores de los antiguos piques de las minas y las escombreras o arenales extraídos de los túneles submarinos. En esta punta existe un Faro construido íntegramente con planchas de hierro remachadas, está pintado de rojo y blanco; tiene unos 20 metros de altura y aun cumple con su función tras más de 136 años de servicio. Este ha sido modernizado, tiene fuente de energía solar y funciona totalmente automático. Photo 6.
La parte más interesante de este paseo es la bajada a una antigua mina de carbón llamada, ahora que es atracción turística, “El Chiflón del Diablo”. Con este nombre bautizó los socavones y piques de la mina Don Baldomero Lillo en su obra magistral “Sub-terra” (su otra obra trata de la industria del salitre “Sub-sole”).
Para esta excursión tenemos que colocarnos la indumentario de los mineros, cascos y lámparas a batería.
Durante la espera he recorrido la entrada a la mina sacando fotos de los artefactos mineros que aun quedan en el área: antiguas fotos, reglamentos de seguridad, maquinaria diversa, las lámparas de carburo, cascos, herramientas artesanales. Me encuentro con ropa de calle dejada por los minero colgadas de rondanas en los tejados (no existían los lockers).
Los posters muestran las Minas de Lebu 1854-1870 con Don José Torres Urmeneta, Juan Mackay y su fundador Maximiliano Errázurriz. Bajamos en esta excursión unas 25 personas todas con cascos y lámparas; se accede al primer nivel de la antigua mina en un ascensor, que más parece una jaula, en la que caben como sardinas unas seis personas. La bajada es vertical unos 40 metros, usan un sistema de campanas con un cordel para anunciar cuando la jaula esta lista para descender o subir con su carga de “mineros turistas”. Luego se avanza por el primer túnel en que nos adentramos unos quinientos metros, estamos a 90 metros por debajo del mar. ). Photo 7. Nuestro guía “turístico” es Don Roberto Rojas un antiguo minero que trabajó en estas minas durante 18 años, y ahora se desempeña como guía desde que se cerró la mina en 1997. El resto de la crónica es tomado casi textualmente de las palabras de nuestro guía.
Nos adentramos por el túnel, la parte que queda debajo de la “tierra” está abovedado con ladrillos y reforzado con estructura metálica y enmaderado con troncos de eucaliptos, el piso es arena apisonada. Don Roberto nos dice:
“La historia de la minería del carbón se inicia en 1837 en la cual se trabajaba con lámparas de carburo o de aceite, sin cascos y se ponían ojotas en los pies hechas por los mineros, usaban un gorro de género. Todas las minas se trabajaban en forma artesanal y no mecanizadas como están las más modernas de hoy en día. El “Chiflón del Diablo” fue un invento del escritor Baldomero Lillo. Los mineros empiezan a trabajar en la mina a los 10 años como mensajeros y cuidadores de las puertas de ventilación de las galerías. A los 13 le daban un contrato y a los 14 ó 15 formaban parte de la “familia minera”. El túnel desciende lentamente en 14 a15 grados, el aire entra por ventilación natural a través de otras galerías. El aire silba o sea “chifla” de ahí el nombre de “Chiflón”. Llegamos al borde del mar, el túnel cambia de aspecto, a la entrada estaba todo enladrillado y con refuerzos de vigas de acero, una vez bajo del mar se tiene sólo la arena del fondo del mar que ha sido compactada por el peso del agua. Es tanta la compresión de 10,000 años del mar que no hay una sola gotera y sólo se requiere de enmaderado de troncos de eucaliptos. Se usa esta madera por su resistencia, flexibilidad y resistencia a la corrosión y descomposición; pueden durar hasta 15 años. Esta mina se dejó de trabajar en 1976 ya que es antigua y la minería del carbón se hacía en forma artesanal, es decir se usaba picota, pala y chuzo. Las galerías penetran más de un kilómetro mar adentro y existen otros cinco niveles. El carbón se extraía en carros de una media tonelada tirada por caballos, estos era unos animales pequeños, luego el carbón se sacaba del Chiflón mediante un sistema de cables y huinches”. Photo 8.